Escarlatina

Escarlatina:

¿Qué es la escarlatina?

Es una enfermedad bacteriana, infecciosa, contagiosa, que se manifiesta en algunos individuos con faringitis estreptocócica. Los niños entre 5 a 15 años son más propensos de desarrollarla.

Signos y síntomas de la escarlatina

Se caracteriza por:

• Fiebre (es el síntoma inicial y puede durar de 2 a 4 días), malestar general, dolores musculares, dolor abdominal, dolor de cabeza.
• Aparece también sarpullido rojo, se ve la piel como quemadura solar y al tocarla tiene una textura de piel de lija
• En las flexuras aparecen líneas rojizas, parte trasera de las rodillas, la ingle, la flexura de los codos.
• Hay enrojecimiento en las mejillas y alrededor de la boca se observa una zona más pálida
• En la boca nos encontramos con una lengua con apariencia de fresa, es roja con pequeños bultos rojizos (papilas inflamadas)
• La garganta y las amígdalas pueden estar enrojecidas y ser dolorosas.
• El sarpullido dura aproximadamente 7 días, luego aparece una descamación en flexuras y dedos que puede durar semanas.

¿Que causa la escarlatina?

Es causada por Un grupo de bacterias llamado estreptococos del grupo A. Estas bacterias a veces producen una toxina que causa un sarpullido “escarlata” que le da el nombre a la enfermedad.

¿Cómo se transmite la escarlatina?

• Por medio de gotitas respiratorias: al hablar, toser o estornudar.
• Tocar superficies contaminadas con las manos y estas llevarlas a la cara
• Compartir vasos y cucharas
• Entrar en contacto con el líquido de las lesiones de las personas infectadas

¿Cómo se diagnostica la escarlatina?

Se puede diagnosticar haciendo un buen examen físico y por la historia clínica del paciente.
Se puede confirmar con prueba rápida de estreptococos o un cultivo de garganta puede determinar si la causa son estreptococos del grupo A

¿Cómo se trata la escarlatina?

Se tratan con antibióticos que pueden combatir esta bacteria

Los beneficios de los antibióticos incluyen que:

• Reducen el tiempo de enfermedad.
• Alivian los síntomas
• Previenen la transmisión de las bacterias a otras personas.
• Previenen las complicaciones graves, en diferentes órganos como corazón, riñones, articulaciones, pulmones, músculos, oídos.

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